POESIAS PSICOTICAS - (tomo 2)

Me refugio con los ojos cerrados,
con los dientes apretados
de esta soledad siniestra...
Vago por pensamientos abstractos
de sonidos lumínicos arrancados de mi cabeza...
Y gritar, gritar,
Gritar hasta reventar mi garganta,
hasta sentirla abierta.
Gritar sin sonido, ni un estertor,
para no perturbar las melodías de mi mente,
gritar muy fuerte...
Gritar para no destruír esta jaula que me atrapa
esta jaula de cristal bruñido,
de relojes con manecillas de oro
que me señalan tiempos idos...
No soy buen puerto para la calma esta noche;
sin embargo estoy como muerta,
tirada como una muñeca,
bailando danzas macabras con la mirada
abrazando las sombras que habitan mi pieza.
¿De dónde tanto enojo?
Tal vez del antojo de quedarme quieta
y no me sale...
¡Por Dios que el cuerpo me arde!
por correr a la Ciudad despierta
que brilla aún siendo ocre,
que me atrapa aún mas que mi jaula desierta...
Que me tiende brazos de madre
y me acuna entre piedras, entre mares,
entre ojos anónimos y mentes malsanas.
Pero ya es tarde, la entrada está cerrada,
me he quedado afuera, encerrada,
mutilada de soledades, de estrellas,
de smog, de no hacer nada,
envuelta en mi rareza de niña perturbada,
inconciente de nostalgias inoportunas
que me cagan a patadas,
incongruente de sentimientos y palabras,
acorralada y triste...
...Triste, tan triste
¡Oh, Dios! Tan triste...
...Y tan abandonada.